jueves, 8 de marzo de 2012


Una vez un miembro de la tribu
se presentó furioso ante su jefe
para informarle que estaba
decidido a tomar venganza
de un enemigo que lo había ofendido gravemente.

Quería ir inmediatamente y matarlo sin
piedad. El jefe lo escuchó atentamente y luego
le propuso que fuera a hacer lo que tenía
pensado, pero antes de hacerlo llenara
su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo.

El hombre cargó su pipa y fue a
sentarse bajo la copa del gran árbol.
Tardó una hora en terminar la pipa. Luego
sacudió las cenizas y decidió volver
a hablar con el jefe para decirle que lo
había pensado mejor, que era
excesivo matar a su enemigo pero que
si le daría una paliza
memorable para que nunca se olvidara de la ofensa.

Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó
su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado
de parecer, llenara otra vez la pipa
y fuera a fumarla al mismo lugar.
También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando.

Después regresó a donde estaba
el cacique y le dijo que consideraba excesivo
castigar físicamente a su enemigo, pero que iría...

a echarle en cara su mala
acción y le haría pasar vergüenza delante de todos.

Como siempre, fue escuchado con bondad
pero el anciano volvió a ordenarle que
repitiera su meditación como lo había hecho
las veces anteriores. El hombre medio
molesto pero ya mucho más sereno se
dirigió al árbol centenario y allí sentado
fue convirtiendo en humo, su tabaco y su problema.

Cuando termino, volvió al jefe y le dijo:

"Pensándolo mejor, veo que la cosa no es para tanto.
Iré donde me espera mi agresor para darle
un abrazo. Así recuperaré un amigo
que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho".

El jefe le regaló dos cargas
de tabaco para que fueran a fumar juntos
al pie del árbol, diciéndole:

"Eso es precisamente lo que tenía que
pedirte, pero no podía decírtelo yo;
era necesario darte tiempo, para que lo descubrieras tú mismo".

Donde el corazon te lleve

"Vas a salir de esta y de cualquier otra, porque la gente como tu, brilla hasta con el alma rota" Es en la adolescencia...