Hoy me he sentido fuerte para poder escribirte esta carta.
Al amanecer me ha vuelto a despertar un beso amoroso tuyo, y al caminar he sentido como vas protegiendo mis pasos, siempre a mi lado, en el borde de mi cama sentada y
contándome miles de vivencias de tu pasado, entre risas y
alegrías ocultando tu sufrimiento, en ese intento que pudiera olvidar los
múltiples dolores de mis piernas tras ser operadas.
Mi madre, la que aun siento en cada hacer de mi vida, porque soy obra tuya.
Que tras los juegos del destino me toco vivir una vida, diferente a las
demás, donde el entendimiento no tenia cabida y las preguntas golpeaban la mente, desierta de sorpresas.
Ante aquel designo de la vida, me
enseñastes unos valores que han echo la persona que hoy soy, y de la que estoy segura te sientes orgullosa.
El valor de la humildad, el no envidiar a nadie, el no hacer daño, el amor, la
compasion...Que mejor legado me
pudiste dejar¡¡¡
Hasta hoy,
veintitrés años sin ti, sin poder hablar, me
dolía no tenerte, me enfade contigo al marcharte, no
entendí como te arrancaron de mi, para nunca mas poder sentirte, ni verte, ni hablarte..
Cuando mas te necesitabas,
emprendiste el camino con billete de ida, a un lugar donde todas las almas se juntan, y donde la
mía, aquí en la tierra la envolvio la soledad.
Ya puedo hablar de ti, sin que el corazon se desgarre con un dolor intenso, aunque mis
lágrimas vuelvan a ahogarme. Donde en un lugar recondito de mi mente piense:
Que....me
gustaría tenerte acariciendo mi rostro como siempre hacias, cubriendome de besos y llenando mi alma con tu risa, que vieras a mis niñas crecer junto a mi, a la vez que pudieras arropar la soledad de esa niña interior que me brota cuando pienso en ti.
Aun cada
día, siento un aliento en mi y se que eres tu...no me has dejado, ese
vacío va marchandose poco a poco.
Cambiaste la tierra por el cielo,
deberían necesitarte mas
allí.
Desde la tierra, donde hace 23 años que no siento tu risa, ni tus pasos, ni tus caricias, donde sigo echandote tanto de menos...solo quiero decirte una vez mas, que sigo adorandote, amandote y pensando en ti, cada dia.
Gracias por haber compartido conmigo este tiempo, y por haber sido la mejor madre del mundo.